“Cualquier reforma se inicia con la intención de mejorar, como es este caso la educación. Para ello se plantean una serie de objetivos educativos que son los que inspiran todo el proceso. Sin embargo, sean cuales sean éstos, inevitablemente se entremezclan con opciones políticas determinadas y con diferentes demandas sociales, pudiendo variar ambas a lo largo del tiempo. Igualmente, aparecen problemas presupuestarios relacionados con la propia gestión y dificultades que responden las lógicas resistencias al cambio que se producen siempre ante procesos similares.”
Ya sea en España o en México, podemos ver como el problema es el mismo o tiene cierto parecido ya que en ambos países hay trabas y situaciones ajenas a los docentes que impiden un ejercicio libre y más significativo de la enseñanza por los múltiples obstáculos que el mismo sistema nos pone al ser tan burocrático y no dar apertura a que también los docentes puedan participar dentro del diseño de los programas porque son ellos quienes conocen realmente las necesidades educativas dentro de sus aulas, pero dicha situación no puede darse por los tantos compromisos que existen entre los diferentes niveles de gobierno y los sindicatos, anteponiéndolos a la realidad que enfrenta la educación, porque para nuestros gobernantes (dígase en España o en México) lo más importante es quedar bien, cumplir y pagar los favores que te hizo tal o cual funcionario y después velar por los verdaderos intereses del pueblo (sobretodo de la juventud que es el motor de la sociedad).
Es por eso que debemos tener las ganas y el compromiso de cambiar las cosas y no nadamás debatir lo que nuestras autoridades nos presentan, sino velar por la educación y el verdadero aprendizaje de nuestros alumnos por nuestra cuenta, determinar sus verdaderas necesidades educativas y tratar de combatirlas con los recursos que tenemos haciéndolos significativos para ellos, así sea solamente un mapa, un simple lápiz o el mismo programa de la red edusat en nuestro caso.